Este cambio ha cobrado fuerza, sobre todo a raíz de la Gran Dimisión, en la que las organizaciones se han enfrentado a una importante escasez de talento en medio de presupuestos ajustados. Y ha coincidido con otro cambio importante: el reconocimiento de que, en una situación de escasez de competencias, el CV tradicional no siempre ofrece la mejor visión de las capacidades de una persona.
Harvard Business Review analizó recientemente más de 51 millones de descripciones de puestos de trabajo publicadas entre 2017 y 2020. Solo en ese periodo, los empleadores redujeron los requisitos de titulación para el 46% de los puestos de cualificación media y el 31% de los de cualificación alta. Entre los puestos de trabajo más afectados se encuentran los de TI y las ocupaciones directivas, difíciles de cubrir durante ese periodo. Este ejemplo subraya el rápido crecimiento de la contratación basada en competencias para crear equipos de alto rendimiento, y mi predicción es que este enfoque cambiará para siempre nuestra forma de pensar sobre la creación de plantillas.
Pensando en lo que nos ha llevado a este punto, mi mente se remonta a principios de la década de 2000, cuando el mercado laboral fue testigo de un fenómeno conocido como "inflación de titulaciones", caracterizado por un énfasis excesivo en las cualificaciones formales en el proceso de contratación. En aquella época, las organizaciones se basaban en gran medida en las credenciales académicas, sobre todo en los títulos, para tomar decisiones de contratación. Sin embargo, en la actualidad, muchas organizaciones se enfrentan a una "sobreeducación". Personas con las cualificaciones adecuadas, pero sin las aptitudes prácticas para desempeñar funciones cada vez más digitalizadas.
La contratación basada en las competencias está en alza y representa un cambio de paradigma en el que las empresas dan prioridad a las habilidades y capacidades de un candidato por encima de su formación y credenciales.
En lugar de centrarse exclusivamente en las cualificaciones, los equipos de RRHH contratan a las personas en función de sus competencias, perfeccionadas mediante certificaciones o microacreditaciones, experiencia laboral y conocimientos prácticos. La atención se desplaza de lo que los candidatos estudiaron y dónde lo hicieron a lo que pueden aportar en términos de nuevas habilidades y contribuciones.
Muchas organizaciones han compartido su éxito a la hora de adoptar este enfoque basado en las competencias. Por ejemplo, las principales empresas tecnológicas, como LinkedIn (donde trabajé durante muchos años), Google y Apple, han abandonado los requisitos tradicionales de titulación en favor de evaluaciones prácticas y de competencias. Estos líderes del sector han observado una mejora de la diversidad, la innovación y el rendimiento general al centrarse en las competencias por encima de la educación o las credenciales laborales previas.
Para los responsables de la selección de personal, el cambio a un enfoque de la contratación basado en las competencias requiere la participación de todos los niveles. Representa una forma diferente de contratar, una alteración de la práctica habitual, por lo que es importante elaborar un plan cuidadosamente estudiado. Una forma eficaz de aplicar este enfoque es incorporar una evaluación inicial de las competencias al inicio del proceso de selección de candidatos.
Estas evaluaciones proporcionan una valoración imparcial tanto de las habilidades interpersonales como de las técnicas, abarcando la competencia comunicativa, la aptitud, la preferencia por el aprendizaje, las capacidades de liderazgo y la inteligencia emocional. Además, las pruebas de muestras de trabajo (que WithYouWithMe denomina Capstones), que simulan tareas laborales del mundo real, permiten a los reclutadores evaluar las habilidades técnicas con precisión, trascendiendo las limitaciones de un CV tradicional.
La contratación de personas en función de sus capacidades y aptitudes ofrece multitud de ventajas con respecto a los métodos de contratación tradicionales. Algunas de las principales ventajas son:
Como cualquier iniciativa estratégica, es una moneda de dos caras. Aunque las ventajas de la contratación basada en competencias son convincentes, hay que tener en cuenta algunos retos. La transición a esta estrategia de contratación puede presentar complejidades operativas, dudas sobre la fiabilidad de las pruebas de aptitudes, consideraciones presupuestarias y problemas de gestión del tiempo, especialmente cuando se maneja un mayor volumen de solicitudes.
Por ejemplo, según un informe reciente, al 38,2 % de los responsables de contratación les preocupa que la incorporación de evaluaciones de competencias pueda ralentizar el proceso de contratación. Sin embargo, el 55% de los candidatos encuestados afirma que la contratación basada en competencias ha ampliado sus oportunidades profesionales. La clave para superar estos obstáculos reside en reconocer que la contratación basada en competencias no es un paso adicional, sino un sustituto del anticuado proceso de selección basado en el currículum.
Antes de argumentar a favor de un nuevo enfoque, es importante obtener datos que respalden su recomendación, y existe una gran cantidad de estudios disponibles en el sector que señalan por qué el empleo basado en las competencias es fundamental en las plantillas modernas.
Las organizaciones líderes de todo el mundo están adoptando la contratación basada en competencias, dando prioridad a las habilidades y la experiencia práctica sobre las cualificaciones formales. Desde mi punto de vista, uno de los ejemplos más interesantes es el Programa de Aprendizaje Tecnológico de GED.
Con el programa GED Tech Apprenticeship, todos los estudiantes que pasen por el GED Testing Service -alrededor de 700.000 cada año- tendrán la oportunidad de acceder a una formación acreditada gratuita para perfeccionarse en áreas de gran demanda y que sus competencias se correspondan con puestos en empresas líderes de Estados Unidos. El hecho de que esta enorme y emblemática institución abogue por el empleo basado en las competencias demuestra lo prolífica que es esta tendencia.
Si tiene curiosidad por saber más o por debatir cómo el empleo basado en competencias puede funcionar en su organización, póngase en contacto con nosotros.